miércoles, 8 de mayo de 2013

reflexiones y debates entre niveles... (o la vuelta al problema de la lucha de significados)

Seth Godin nos invita a cuestionar y enfrentar el status quo para producir cambios. Hasta aquí, podríamos coincidir, pero también, ya desde aquí podríamos preguntarnos ¿a qué llamamos status quo? ¿desde que visión del mundo categorizamos al status quo? o dicho con un concepto Freiriano ¿desde qué lugar leemos la realidad? y, puesto que no se trata de una tarea del individuo aislado ¿con quiénes leemos la realidad? 

Estas preguntas vienen al caso, también, para considerar el cambio como problema. Cuándo podemos considerar qué algo ha cambiado, esa sería la pregunta. El actual sistema mundial en el que vivimos, y en cual nos proponemos realizar cambios, puede tolerar los más diversos (y aquí ya juego con esa palabra) cuestionamientos. Puede tolerar cuestionamientos (y movimientos) de género, ecológicos, educativos, en defensa de los derechos de los animales, etc. Lo único que no puede tolerar es un cuestionamiento a la propiedad privada, sea de la tierra, los medios de producción, etc. Concepto-ley-y materialidad del mundo en que vivimos y en el que algunos padecen mucho más que otros.

De hecho, la idea de diversidad, a veces puede hacernos caer en una cierta ilusión acerca de la homogeneidad del mundo en su diversidad, haciéndonos olvidar de un problema central: las desigualdades

Otro problema derivado de aquél, es el de querer minimizar conflictos entre proyectos políticos (que en algunos casos derivan en bélicos) como un problema de tribus. Lo cual, en el mejor de los casos, me parece una banalización y, en el peor, una intencionalidad. ¿Es lo mismo una tribu que otra? ¿Es lo mismo una idea que otra? Pensar en términos de tribus, entonces, me parece que termina solapando los conflictos de fondo (o lo que se diría el status quo) que, en definitiva, podemos seguir llamando por su nombre: dominacióndesigualdades sociales, exclusión, marginación, etc. Lo cual nos lleva a la pregunta ¿cómo conectamos con los excluidos?

¿Puede pensarse en cambios permanentes sin la consideración y la práctica del problema del poder? ¿o sin recursos (léase dinero en algunos casos)? Insisto ¿qué pasa con aquellos que no cuentan con casi ningún tipo de recurso? Más que crear una "cultura" para definir quién está dentro y quién está afuera, creo que deberíamos interesarnos, de plano, por quienes están fuera de todo adentro... ¿cómo sabríamos sino qué quiere, eso que Seth llama, la gente? Y con esto vuelvo al principio ¿desde qué lugar y con quiénes definimos el status quo?

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